Ciclo de vida de implantación de productos

Recuerdo durante mi estancia en la Universidad haber estudiado, una y otra vez, el ciclo de vida del desarrollo de software (SDLC). Exactamente tuve cuatro asignaturas (Análisis y Diseño de Sistemas, Ingeniería del software – Proyecto, Ingeniería del software – Especificación e Ingeniería del software – Diseño) donde estudié en profundidad las fases de desarrollo del software con la idea de que algún día pudiese desempeñar las tareas de Director de Proyectos o Analista. Sin embargo, mucho han cambiado las cosas, ya que desde que terminé la carrera de Ingeniería Informática no he participado en proyectos de desarrollo de software sino más bien en proyectos de implantación y soporte de productos de terceros. ¿Quiere decir que todo lo que estudié en estas asignaturas fue una pérdida de tiempo? En absoluto, tan solo hay que modificar las fases de diseño y desarrollo, permaneciendo todas las demás fases intactas, para llevar a cabo un proyecto de implantación de una solución desarrollada por un tercero.

A continuación veremos las fases del ciclo de vida para la implantación de un producto desarrollado por un tercero:

Fase 1 - Estudio de factibilidad: Consiste en determinar los beneficios estratégicos que se obtendrán al implantar el nuevo producto, ya sea para ahorrar costes, ganar productividad o para diferenciarse de la competencia. En cualquier caso también hay que tener en cuenta la preparación de los usuarios y la madurez del negocio. Si la justificación del nuevo sistema es factible pasaremos a la siguiente fase.

Fase 2 – Definición de requisitos: Se define el problema o las necesidades que debe cumplir el nuevo producto, además de las funcionalidades y los requisitos de calidad de la nueva solución. En esta fase es importante que el consultor o analista entienda los problemas y necesidades para buscar la solución tecnológica que se adapte a los requisitos definidos.

Fase 3 – Elección y adquisición de la solución: Basándonos en los requisitos definidos, debemos pedir oferta de varios fabricantes a distintos proveedores. Además de valorar los requisitos técnicos y funcionales del producto, deberíamos valorar el soporte, la experiencia, facilidad de pago y viabilidad financiera de los proveedores y fabricantes. La elección del proveedor correcto con las habilidades adecuadas y del producto que cumpla con las necesidades de la organización serán cruciales para el éxito del proyecto.

Fase 4 – Diseño y Configuración: Consiste en diseñar la integración del nuevo sistema con los existentes y su posterior configuración para adaptarlo a las necesidades de la organización.

Fase 5 – Implantación y Pruebas: Comenzaremos documentando el proceso de implantación y las pruebas a realizar para validar la instalación. Una vez implantado el nuevo sistema, realizadas las pruebas y pasado a producción es conveniente analizar la efectividad de la solución, realizar un análisis de riesgos y proveer de los controles internos necesarios que nos alerten si el nuevo sistema implantado deja de cumplir con los objetivos marcados por la organización.

Fase 6 – Post-implantación: Además de mantener el nuevo sistema, hay que analizar si la implantación del nuevo producto cumple con el ahorro de coste, el aumento de producción o la mejora de competitividad esperada. También es interesante quedar reflejadas las lecciones aprendidas, deficiencias y recomendaciones para futuros proyectos.

Tanto si vamos a implantar un nuevo producto, como si vamos a realizar una auditoría de los sistemas de información, es importante conocer el ciclo de vida de los sistemas de información para hacer cumplir y comprobar que se están siguiendo cada una de las fases adecuadamente sin boicotear la estrategia de la organización alejándonos de los objetivos marcados por Dirección.

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